CAPÍTULO 1:» Yá-Xué la niña de las nieves»

Muy al Oeste de Asia, no demasiado lejos de China, en la estepa, cerca de la cordillera de Karakorum ,se ha instalado un campamento. Cientos de gers son ocupados por los más terribles guerreros del Oriente. En el ger del jefe, esta noche de luna llena, la actividad no es nada habitual. Varias mujeres atienden a la joven esposa que está dando a luz a su primer hijo. A pesar de la gelidez del clima en estas latitudes en pleno mes de Enero, el jefe permanece fuera del ger acompañado por sus gentes alrededor de una hoguera. Él no quiere estar lejos de su amada, incluso rehúsa refugiarse. Pasan los minutos y las horas…La oye gritar y piensa :»¡Pobre amada mía!»

La Luna ilumina las cumbres nevadas a lo lejos,mientras él sueña con el momento en que tenga a su hijo en brazos…¡Que orgulloso se siente !Mientras sus ojos se concentran extasiados en el chisporroteo del fuego, piensa en el nombre que le dará…Debe ser el de algún valiente guerrero…,o tal vez le ponga Yong-Kanc , que significa «valiente» en su idioma. Le parece que han pasado siglos, aunque, en realidad, sólo han sido dos horas, cuando una de las mujeres se asoma y le da la noticia : «Ha sido una niña «. El jefe se siente algo decepcionado, pero entra y le ponen en sus brazos aquel pequeño envoltorio del que asoma una cabecita que lo mira con sus ojitos azules . Siente que se ablanda por dentro y la aprieta con suma delicadeza contra su pecho, mientras realiza un esfuerzo titánico para no permitir que una lágrima se escape de sus ojos. En ese momento cambió totalmente su forma de pensar : ¡ No habría cambiado aquella niña ni por los mejores varones del mundo ! Se acerca a su mujer, le acaricia la frente, se inclina, la besa en los labios y le dice : » Gracias Dusinka «.

La esposa  es una mujer muy bella a la que conoció en una de sus expediciones más allá de los montes. Recuerda como quedó extasiado la primera vez que la vio. Nunca antes encontró a nadie que tuviese un cabello tan dorado, unos ojos tan azules ni una tez tan blanca. Le impactó tanto que llegó a pensar que estaba delante de un ser sobrenatural…,una diosa…

Ahora , su amada diosa le parece aún más hermosa, pero algo de lo que observa no le gusta en absoluto : Las negras ojeras de su amada, su mirada apagándose por momentos, esas trémulas manos que buscan las suyas con el ansia de un náufrago…Se echa a su lado poniendo a la niña entre los dos, acaricia el rostro y el cabello de su mujer, mientras los ojos de ella se van cerrando lentamente y una  última sonrisa se dibuja en su precioso rostro…Ella no quiere que él la recuerde triste.

Él, acostumbrado como está a ver la muerte, se levanta del lecho, hace salir del ger a las mujeres que aún permanecen dentro, y cuando se queda solo con su esposa y su bebé, el temible guerrero, se arrodilla junto a ellas y rompe a llorar como un niño. Tras un rato de estar derramando las lágrimas más amargas de su vida, se enjuga el rostro con el agua de una palangana y recobrando la compostura, sale fuera para buscar una mujer que le ayude a cuidar de su hija, una nodriza.

A pesar del fuerte viento y de la baja temperatura, tanto sus compañeros como las mujeres permanecen fuera alrededor de una gran hoguera. Cuando le ven aparecer le rodean solícitos y expectantes . Nadie puede imaginar ,viendo su serena expresión, la dolorosa  y secreta escena que este hombre acaba de protagonizar , transido de dolor, junto a su mujer y su hija.

Miró a todos y habló si afectación alguna :

– Mañana enterraremos a mi esposa. Quiero una buena nodriza para mi hija.

Entra de nuevo y sale con la pequeña en los brazos. La alza para que todos la vean y dice:

-A partir de ahora, esta niña es el tesoro más importante de la Tierra. Su nombre es Yá-Xué.

Una de las mujeres se le acerca y le dice :

-Señor , hace dos semanas tuve dos niños, que nacieron tan pequeños que sólo sobrevivieron cuatro días. ¿Te parece bien que sea yo quien críe a la princesa Yá-Xué ?

El jefe la mira y dice :

-Aliméntate bien mujer. No quiero que le falte nada. Pídeme lo que necesites para ti y para mi hija.

A continuación le entrega la niña a la mujer y él se queda con todos junto a la hoguera velando. De vez en cuando las mujeres sirven té y dulces para ayudarles a pasar la noche.

Este triste episodio en la vida del padre de Yá-Xué , se irá difuminando con el tiempo, hasta el punto de que en su mente los dulces momentos de maravillosa convivencia con el gran amor de su vida son los únicos que perviven y le animan a seguir adelante y cuidar de que su hija tenga una infancia feliz.

No soy única

No existe nadie como yo, ni siquiera parecido a mi. Este es mi pensamiento constante. Hay mujeres descuidadas e incluso sucias, pero es debido a su educación o tal vez a que son drogadictas o borrachas…Yo no soy adicta a ningún tipo de estupefacciente, sin embargo he llegado a un grado de descuido difícil de igualar. Mi mente anda confusa entre laberintos de ideas y choques contínuos de decisiones abortadas. Hago daño sin pensarlo, pues confundo el amor con la sobreprotección.
Toda mi vida ha resultado ser un puro desastre. He comenzado varias carreras y las he abandonado en el segundo o tercer curso. Acabé una que no me sirve para nada. Bellas Artes no la finalicé, aunque he pintado muchos cuadros y los he vendido casi todos. Sé que no pinto muy bien, que mezclo mal los colores y doy pinceladas de pena. En cuanto a mi escritura, tengo un estilo simplón y poco interesante. Mis poemas, (desconozco donde parará mi obra poética) supongo que fueron una enorme pérdida de tiempo. Y así con todo.
No me estoy lamentando. Esto es una especie de desahogo conmigo misma. Me doy cuenta de mi fracaso y lo asumo. No entiendo como Máximo Gorqui ( máximo desgraciado ) adoptó ese nombre. Tendría que habérmelo dejado a mi.
No me puedo quejar por nada, pues a pesar de todos mis fracasos y desgracias, puedo salir adelante y en casa no falta nada necesario. No osbtante tengo mil sueños que jamás veré cumplidos, varios proyectos que quedarán sin realizar, viajes ilusorios, caminos sin andar…
He sido como un caballo con el bocado demasiado apretado, con las riendas demasiado tirantes, que sólo podía girar en la dirección que la vida me imponía en cada momento…Pero, pensándolo bien, puede ser que no sea única. Puede ser que todos naveguemos en el mismo barco…Que la frustracción nos cale a todos como una maldición que seca nuestras vidas día a día y nos deja al final como nacimos: desnudos de ilusiones y con el llanto retenido, que para eso somos mayores y hemos aprendido a disimular el dolor con sonrisas y la amargura con palabras dulces para intentar que los demás sufran menos…,pero hasta en eso fracasamos, pues no podemos ahorrar a nadie el sufrimiento.
Al final, sólo una cosa nos alienta y nos anima a seguir adelante : la esperanza de que todo mejore para los que vienen detrás de nosotros; la esperanza de que algo mejore en los años futuros… Al final sólo nos queda LA ESPERANZA.

Por qué

Hace mucho tiempo conocí a una mujer. Ella me contó algunas historias de su vida. Fue una buena amiga, pero ella pensaba de sí misma que era una bestia por todo lo que tuvo que hacer para salir adelante. Ya murió. Ahora me veo en la obligación de contar todo lo que recuerdo. Ella se lo merece.

¿ QUÉ ES UNA MUJER ?

Cuando tenga un ratico hablaré de los hombres, pero bien, pues hay auténticos príncipes por ahí.

Monte de Oro Floreciente - Relatos de Antonia Quesada.

 Preciosa joya repleta de valores y sensibilidad.   Al ser la última criatura que apareció en la Tierra podría decirse que es de última generación. Por ejemplo : su cerebro es algo más pequeño que el del hombre, pero curiosamente, puede almacenar tantos datos como aquel. Esto es similar a lo que ha sucedido con los ordenadores de última generación que cada vez son más pequeños, pero  contienen una capacidad mayor de datos. Su cuerpo es fuerte, pero sumamente delicado con formas sublimes y rasgos  gratos a la vista de cualquiera. No existe la mujer fea. La piel de la mujer es suave y cálida. La mirada es expresiva y capaz de penetrar en el alma de la persona que le importa para conocer su estado de ánimo. Fisiológicamente, su cuerpo es un dechado de perfección. Aunque las comparaciones son odiosas, creo que algo que diferencia a los hombres de…

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¿ QUÉ ES UNA MUJER ?

 Preciosa joya repleta de valores y sensibilidad.   Al ser la última criatura que apareció en la Tierra podría decirse que es de última generación. Por ejemplo : su cerebro es algo más pequeño que el del hombre, pero curiosamente, puede almacenar tantos datos como aquel. Esto es similar a lo que ha sucedido con los ordenadores de última generación que cada vez son más pequeños, pero  contienen una capacidad mayor de datos. Su cuerpo es fuerte, pero sumamente delicado con formas sublimes y rasgos  gratos a la vista de cualquiera. No existe la mujer fea. La piel de la mujer es suave y cálida. La mirada es expresiva y capaz de penetrar en el alma de la persona que le importa para conocer su estado de ánimo. Fisiológicamente, su cuerpo es un dechado de perfección. Aunque las comparaciones son odiosas, creo que algo que diferencia a los hombres de las mujeres es que ellas tienen sus genitales dentro de su cuerpo (lo que no deja de ser una gran ventaja ) , mientras a ellos les cuelgan (los genitales )Otro rasgo físico que diferencia a unos de otras es la abundancia de vello en el cuerpo de los varones…Las señoras sólo tienen cubiertas de vello las zonas imprescindibles. Estas y algunas otras diferencias hacen de la mujer un ser mejor terminado que el hombre. En cuanto a valores morales, si empiezo a enumerar las diferencias, no acabaría nunca. No obstante, me limitaré a deja caer algún razonamiento en forma de pregunta : ¿ A cuantas mujeres violadoras, pederastas, maltratadoras o que violen a sus hijos, etc. conocemos ? En la Historia, tal vez se haya registrado el caso de alguna…Una loca o una educada en los más bajos y abyectos fondos…La misma pregunta aplicada a los machos, nos daría una cifra con muchos ceros. Y digo a los machos y no a los hombres, porque quien comete estos delitos no son hombres, sino animales enfermos y sin esperanzas de ningún tipo ( igual da si son machos o hembras ) Antes de tocar a una mujer, el hombre debe tener en cuenta que su madre es una mujer, su hermana es una mujer, su hija es una mujer y respetarlas a todas y defenderlas de los » animales enfermos». Por que de no ser así muy pronto nos cansaremos de aguantar que sigan haciendo daño a nuestras mujeres y a nuestros niños y comenzaremos a hacer justicia. Somos muchos. Copia y pega si estás de acuerdo.

 

 

 

 

«WALSI SE HACE MAYOR » CAPÍTULO 15º

El duelo por la pérdida del príncipe Walsian se prolonga varios días, pero en el corazón de Yá-Xué parece eternizarse. A pesar del dolor que le aflige por dentro, ella procura mostrarse alegre delante de su hijo, llevando una vida lo más normal posible. Cada amanecer entrena con su hijo y el jefe. Después pasean a caballo cerca del río, donde se vuelve a escuchar el sonido del gong, lo que provoca las lágrimas de Yá-Xué al recordar los paseos con su esposo y la risa que el oir el gong les causaba. Después del paseo va hacia la escuela, donde le esperan decenas de críos con ansias de aprender.

Cada año viajarán al reino del abuelo de Walsi en verano. Este año marcharán algo más tarde, pues debido al luctuoso suceso de la muerte del esposo de Yá-Xué, se encuentran sin ánimos para emprender tan largo viaje, pero ella piensa que el ver a su nieto será un consuelo para sus suegros, a los que imagina muy dolidos. Así que preparan todo y parten hacia el reino de Walsian.

Encuentran a los reyes más afectados de lo que imaginaban. De nuevo, Walsi resulta ser un gran consuelo para ellos. Yá-Xué se alegra de haber ido a visitar a sus suegros. El jefe también se alegra de estar con ellos y de tratar de hacerles más llevadero el dolor por la pérdida de su amado hijo.

Han pasado cinco años desde el fallecimiento de Walsian. El pequeño Walsi ya es un hermoso adolescente. Su carácter simpático y su inteligencia le han hecho ganarse el respeto y el cariño de todo el poblado. Su madre le adora y su abuelo, el jefe, se siente orgulloso de él, que a pesar de su corta edad, demuestra una madurez propia de un hombre adulto. Siempre está pendiente de su madre. Es un estudiante modelo. Físicamente se parece mucho a su padre, pero en sus maneras es más como el jefe, algo rudo y terco, con un gran sentido de la justicia. Pronto cumplirá los trece años y su otro abuelo, el rey, le ha comunicado al jefe su propósito de llevárselo al reino para que asista a la Universidad y ser educado como su sucesor al trono.

Es un paso muy duro para Yá-Xué y para el jefe, pero admiten que es su obligación, pues Walsi es el heredero de un reino y nadie tiene derecho a oponerse a que se cumpla su destino.

Ese mismo verano viajan al reino con la intención de dejar allí a Walsi cuando ellos, padre e hija, regresen a su pueblo. Tanto Walsi como los reyes les suplican que se queden los dos en palacio. El jefe regresa solo a su pueblo, pero promete volver con su familia cuando encuentre a alguien que le sustituya en su puesto de jefe.

Al cabo de diez años fallece el rey. Walsi es coronado como Walsian II, ya que su abuelo, el fallecido rey, se llamaba como él. El jefe se traslada al reino para permanecer para siempre junto a su nieto y su hija Yá-Xué.

FIN

Este cuento está registrado desde Marzo del 2015 en el Registro de ls Propiedad Intelectual. Prohibido reproducirlo todo o en parte sin el permiso de la autora.

Capítulo 14º » La desgracia se cierne sobre la familia de Yá-Xué «

El año anterior, durante el tiempo en el que Yá-xué y su familia permanecieron en el reino de Walsian, regresó Hamal a casa de sus padres con Helena, con la que contrajo matrimonio en Holanda, y los tres hijos que esta le había dado. Al parecer las cosas no le fueron demasiado bien en aquel país, ya que al casarse con Helena sus trabajos como pintor bajaron de calidad o bien, su arte no gustaba tanto en Holanda como en París y apenas vendía nada.

Él se sentía frustrado y un día  decidió volver a casa de sus padres. Helena intentó adaptarse a la cultura y las costumbres de la familia de Hamal por amor a su esposo y a sus hijos, pero su suegra la trataba como a una esclava, obligándole a realizar todas las tareas del hogar e incluso golpeándola a veces, sin que Hamal intercediera nunca por ella, muy al contrario, le decía a su mujer que su obligación era ser sumisa con él, su madre y el resto de la familia.

Tras soportar un duro invierno, al cual Helena pensaba que no se acostumbrarían jamás ni ella ni sus niños, pues tuvo que ver como enfermaron  en dos ocasiones, se prometió a sí misma que eso no volvería a suceder.

Un día salió de casa decidida a coger el dinero que había escondido por si surgía alguna emergencia y era un regalo que su madre le hizo antes de salir de Holanda, además de las pocas joyas que aún conservaba, también escondidas.

Helena tomó una decisión : Se escaparía de casa de sus suegros, y cuando estuviera en Holanda les contaría a sus padres lo mal que le hicieron sentirse en casa de Hamal. Ideó la manera de regresar a por sus hijos con la ayuda de sus padres, pues llevarlos consigo le parecía una auténtica locura, algo demasiado peligroso para unos niños tan pequeños. Pagaría a alguien para que le acercara a la estación de tren más próxima. Ella no sabía cuantos kilómetros le separaban de una estación…Y tampoco sabía donde se iba a meter.

Su esposo fue avisado por los mismos que negociaran con Helena y habían cobrado por un servicio que nunca realizarían. No avanzaron mucho. Apenas recorridas un par de millas en aquel desvencijado carromato, Hamal le dio alcance y la obligó a deshacer el camino. En esta casión no fue la suegra, si no el mismo Hamal quien la golpeó  hasta dejarla inconsciente.

Otra cosa que Helena odiaba era tener que cubrirse el rostro delante de la gente. Ella tan acostumbrada antes de casarse a sus amigas y una vida social intensa, ahora se encontraba totalmente sola e indefensa entre todos aquellos energúmenos. No entendía esa cultura. Hasta los alimentos le resultaban repugnantes. Adelgazó mucho, tanto que su aspecto demacrado, las ojeras y el caminar encorvada por el temor a qué le harían cada día, la convertían en alguien desconocido hasta para ella misma cuando se miraba en el río mientras lavaba la ropa de toda la familia.

A pesar de todas sus desgracias, Helena tuvo suerte, pues una mañana su esposo le dijo que el jefe les había invitado para que asistieran a la inauguración del nuevo hospital esa misma tarde. Ella pensó que, tal vez, las mujeres del poblado eran tratadas como ella. Su sorpresa fue mayúscula cuando se encontró de nuevo con Yá-Xué y se percato de lo diferente que era la vida de la princesa de la suya. Observó que todas las mujeres llevaban el rostro destapado y disfrutaban como los demás del evento. Ella, en cambio, se sentía triste, acomplejada y derrotada delante de de aquellas personas, como si no valiera nada ni le importara a nadie.

Aunque Hamal le había dado órdenes estrictas de no separarse de él en nigún  momento, ella no tuvo más remedio que apartarse, porque así lo decidió el jefe cuando les pidió a Hamal y a Walsian que le acompañaran con la excusa de enseñarles algo y no permitió ir con ellos a las mujeres. El jefe no era tonto y al ver el estado de deterioro en que se encontraba Helena, que con poco más de veinte años parecía ser casi una anciana, cosa de la que también su hija se dio cuenta y lo comentó con él, ideó un plan : alejaría  a Hamal de su mujer como fuese para darle a su hija la ocasión de hablar con ella y enterarse que tal le va en su nueva vida con los padres de él. El jefe y su hija habían oído acerca de los malos tratos de los que Helena estaba siendo víctima, pero querían enterarse de primera mano para intentar hacer algo por la joven esposa y sus hijos.

Yá-Xué invita a Helena a ver el «palacio» de su padre en el que vive con su familia  desde hace algunas semanas. Esto es sólo una excusa para que, estando dentro, no les interrumpa nadie. La nodriza les trae té y pastas mientras ellas dos hablan de sus respectivos matrimonios y de sus hijos. Yá-Xué le pide a Helena que se descubra el rostro, ya que está entre mujeres. Al principio Helena se muestra reacia a destaparse, pero acaba accediendo sin decir nada y agachando la cabeza. La nodriza se tapa la boca asombrada, ya que lo que ve no es normal. Por mucho que Helena intente disimular, no puede ocultar las huellas de los malos tratos que sufre. Yá-Xué se dice a sí misma que tiene que ayudar a esta mujer como sea, pues de seguir así, no tardará en dejar a sus hijos huérfanos. Le pregunta a Helena si es feliz y esta echa a llorar sin ningún reparo. Le dice que si quiere ser ayudada y Helena se abraza a ella rogándole que por favor haga algo, si puede, por ella y por sus hijos.

Salen del palacio las tres mujeres. Al ver las expresiones de desagrado con que les miran Hamal intuye que su mujer les ha contado algo e instintivamente alarga el puño para golpearla. Walsian le sujeta el brazo con energía y no permite que alcance su objetivo. Hamal se retuerce y empuja con todas sus fuerzas al príncipe, con tan mala suerte que  al caer, este se golpea la cabeza contra un peldaño de la entrada del palacio y fallece al instante. El jefe hace arrestar a Hamal, aunque su primer impulso ha sido acabar allí mismo con él, pero se contiene a duras penas y dice lleno de ira :

– Tú y tus padres pertenecéis a mi pueblo y en mi pueblo la gente se respeta y los hombres no pegan a las mujeres ni les obligan a cubrirse el rostro.Volviéndose a Helena le pregunta: ¿Te gusta como te han tratado en casa de tus suegros que son gente que pertenece a mi pueblo ?

Helena niega con la cabeza sin atreverse a levantar la vista del suelo. Dentro de ella el miedo se enfrenta a la esperanza, pues desconoce al jefe y no sabe lo justo y bondadoso que puede ser este hombre. Ella piensa que, tal vez no se libre de las represalias por la acción de su marido y se queda momentáneamente sin palabras.

El jefe prosigue diciendo a sus hombres :

– Meted en el palacio al príncipe.

Yá-Xué llora desconsolada sobre el pecho de su amado esposo. Su padre y la nodriza la apartan de él para permitir que lo levanten y lo entren dentro del palacio. El jefe ordena a sus generales juzgar al día siguiente al amanecer al asesino y envía a buscar a los hijos de Helena con la intención de hacerles viajar a su país junto con su madre en pocos días.

El duelo por Walsian se prolonga. Su cuerpo es embalsamado, por que es lo que Yá-Xué ha pedido al jefe. Ella no querría que fuese incinerado, ni enterrado… Ella no se resigna a pasar lejos de él el resto de su vida, pero el jefe la convence de que hay que darle sepultura y hace construir un monumento con una cripta para que esto se lleve a cabo cerca del palacio.

Hamal ya ha sido juzgado por la muerte de Walsian y condenado a morir. Su familia es desterrada y su casa quemada. Nadie quiere volver a verlos jamás. El jefe jura que mientras él viva no permitirá que en sus tierras se instalen gentes con costumbres tan poco racionales y tan inhumanas.

 

 

 

 

» Se despeja el misterio del gong » Capítulo 13º

Pasan los meses de frío intenso y de nuevo la primavera llega suavizando el clima, haciendo más largos los días e impregnando todo de color y luz. Se reanudan las obras con vigor, pues durante el invierno ha permanecido todo bastante aletargado. Aunque el palacio del jefe no es más que una casa grande, no se concluye su edificación hasta bien entrado el mes de Junio. Lo mismo sucede con el hospital, el nuevo colegio y otros edificios.

Han llegado, por fin, los nuevos doctores y varias enfermeras. El hospital se ha construid sobre un terreno algo elevado, ya que cuando cae la nieve suele cubrir, a veces, una altura de varios metros sobre el suelo. La misma medida se ha tomado con el colegio y el resto de edificaciones a las cuales se accede mediante una escalinata de uno o dos  metros.

El jefe y su familia continúan con su rutina de entrenamiento al amanecer y paseo a caballo cada día. De nuevo, cuando pasean cerca del río, vuelven a escuchar el estruendo del gong y el jefe, nada más regresar al poblado, envía a varios de sus hombres a explorar los alrededores para ver de donde procede aquel sonido.

Varias horas después, ya de regreso, los exploradores  aclaran el misterio :»Se trata – le dicen al jefe – de unos monjes que, cuando hace su aparición el buen tiempo, se suelen instalar cerca de los montes mientras  construyen un monasterio, pero en llegar las nevadas emigran al Sur «.

– ¡Valla! – dice el jefe – He oído que eso mismo hacen los pájaros en otras latitudes. Y, ¿por qué se escucha el gong tan cerca del río ?- pregunta.

Los hombres le responden que eso lo ignoran. Tal vez se trate del eco de las montañas…

«EL POBLADO SE MODERNIZA » Capítulo 12º

A los pocos días de estancia en su pueblo, el jefe, los ingenieros y todos los técnicos venidos de Occidente elaboran un plan de trabajo. Lo primero que hacen es buscar mano de obra entre los hombres del poblado para construir una presa donde se instalarán los generadores eléctricos. El jefe envía a varios de sus hombres al Sur en busca de madera para los postes eléctricos y otros usos. Los canteros arrancan grandes piedras a las montañas para las construcciones que el jefe tiene en mente, cuyos planos ya ha encargado a los arquitectos. Todo el pueblo colabora en llevar a cabo todas las mejoras que convertirán al poblado de gers en una ciudad moderna y acogedora.

Los agricultores que el jefe ha traído de Occidente enseñan a las gentes a aprovechar el final del invierno, cuando se aproxime la época de clima suave para sembrar sus huertos y cosechar los productos más necesarios.

Se da comienzo a la construcción de un palacio que será donde se alojen el jefe y su familia. Algunos hombres, siguiendo las directrices de los arquitectos, comienzan a edificar sus propias casas. Tienen muy pocas semanas para concluir algunas de las obras, antes de que la época de las nieves les imposibilite el seguir adelante, así que se afanan agónicamente en el empeño de dejar terminado todo lo que sea posible.

Los ingenieros no dan abastos a formar a los bisoños ciudadanos en el oficio de electricista. No obstante y a pesar de todos los obstáculos, sólo se han tardado dos meses en levantar los edificios de la central eléctrica y en instalar cables, interruptores y bombillas en todos y cada uno de los hogares. Los ingenieros le comunican al jefe que esa misma tarde darán luz al pueblo para comprobar si todo ha ido bien. El jefe le dice a su pueblo que a las cuatro p.m. giren las llaves de la luz de sus viviendas. El pueblo se toma la experiencia como un ritual. Algunos piensan que no sucederá nada y otros, los más optimistas, esperan que haya un milagro o algo así.

A las cuatro p.m. se encienden las luces y todos quedan anonadados por tan mágico invento. En el ger del jefe todo son celebraciones y risas. Los ingenieros son felicitados por el jefe, su familia y por los ciudadanos más prominentes. Por fin la civilización ha dado su primer paso en el pueblo.

Las edificaciones avanzan a un ritmo acelerado, pero aún quedan meses para ver todos los edificios terminados. Por sugerencia de los arquitectos, el jefe ha ordenado comenzar a construir un hospital, pues en ocasiones algunos ciudadanos se han enfermado y el único doctor que hay en el pueblo ha tenido que desplazarse de un lugar a otro para atenderlos a todos con la consiguiente pérdida de tiempo, tan importante en algunos casos para el enfermo. Teniendo un hospital, el doctor o los doctores raramente deberán desplazarse, lo cual en invierno es una auténtica odisea, y de este modo  cuidarán mejor a  sus pacientes más graves.

El jefe ha llamado al único médico con el que cuentan en la actualidad para que le oriente y asesore acerca de las necesidades de un hospital. El doctor se ha quejado de no tener ni un simple ayudante y el jefe ha hecho buscar en el poblado a algunos jóvenes que han tenido la experiencia de cuidar a algún enfermo entre sus familias para que provisionalmente ayuden al doctor. Ha hecho llamar a varios doctores y enfermeras del reino del príncipe Walsian para que trabajen en el  nuevo hospital. Además ha pedido al rey que le envíe instrumental médico y todo lo necesario para amueblar las dependencias hospitalarias, cuando arribe el personal sanitario procedente de su reino.

Mientras el príncipe Walsian ayuda a su suegro a organizarlo todo, Yá-Xué ha convertido un ger en escuela, donde enseña a leer, escribir, matemáticas y otras materias a las niñas. Al principio sólo asisten algunas niñas, pero en menos de un mes se matriculan algunos niños también. Es un buen comienzo, piensa Yá-Xué.

Capítulo 11º «Regresan al pueblo de Yá-Xué «

En el reino del príncipe Walsian la vida transcurre en paz. El rey se recuperó por fin de su larga enfermedad y se encuentra perfectamente tanto de salud como de ánimos, diría que nunca se sintió tan satisfecho  como ahora que posee la dicha de un nieto y una nuera que llenan el palacio con su alegría, sus juegos y que le cuentan como es la vida en su pueblo de la estepa, con tanto detalle, que el rey se siente transportado a  aquel lejano y frío lugar, pero para él es el sitio más cálido, acogedor y familiar de toda la Tierra por él visitada en todos sus años. La reina hasta parece haber rejuvenecido y organizan fiestas casi todos los meses.

 

Los jardines de palacio son una auténtica gozada en verano. Walsi disfruta jugando con sus amigos a botar barquitos de madera en el lago. Llega el mes de Agosto sin que se den cuenta. Como cada mes, Yá-Xué envía correos a su padre en Mongolia. Le cuenta como pasan los días ella y su hijo en esta ciudad con su esposo y sus suegros y como el niño le echa de menos, e invita al jefe a que vaya  a pasar lo que resta de verano con ellos. El padre de Walsian también le envia una misiva diciéndole que será un honor recibirle en su reino y que su visita es muy esperada por toda la familia. Para colmo Walsi, su querido nieto que sólo tiene seis años, le ha escrito una pequeña carta diciéndole cuanto le quiere y le echa de menos. Cuando el jefe lee estos mensajes se siente emocionado y decide viajar hasta allí para volver a ver a su amada familia. Prepara todo para su partida. Vuelve a dejar a su sobrino al cuidado de su pueblo y una mañana de Agosto emprende el viaje.  Le acompañan algunos de sus hombres. Parte del trayecto lo cubren a caballo y el resto en tren. A su llegada salen a recibirles el príncipe Walsian y sus hombres que les escoltan hasta palacio. En la puerta les esperan el rey, la reina, Walsi y Yá-Xué. Le abrazan y el jefe coge en brazos a su nieto y así entran en el palacio donde todo el mundo se desvive por atenderles.

 

Son días inolvidables para el jefe. Walsian y su padre le acompañan para mostrarle la capital del reino y son aclamados por donde pasan por todos los ciudadanos. El jefe está admirado de ver lo bien que viven los súbditos del rey, las casas tan modernas y los parques de la ciudad. Visitan la Universidad y los teatros. Por otro lado, se da cuenta de lo avanzada que es la cultura de este país y en su mente se propone llevar a su pueblo algunos de esos descubrimientos. Él sabe que será una ardua tarea, pero él quiere lo mejor para su pueblo y reconoce que hasta ahora han vivido como en el pasado y que su forma de vida comienza a estar obsoleta. Según le dice el rey, ya hace algún tiempo que no utilizan lámparas de aceite, que ahora iluminan todo con una nueva energía llamada electricidad. El jefe le pide al rey que le proporcione ingenieros para instalar en su pueblo ese tipo de energía.

 

Finalizado el verano, el jefe se dispone a volver a su pueblo. No regresará solo, pues le acompañarán su hija, su yerno y su nieto, además de todos sus hombres y los de Walsian y los ingenieros, arquitectos, constructores, canteros, etc.

 

Capítulo 10º : » Enferma el rey padre de Walsian «

El jefe y Walsian son como un padre y su hijo. Todo lo comparte el jefe con su yerno e incluso se deja aconsejar por él en cuestiones de estado. Por otro lado, el pequeño Walsi es capaz de provocar la risa de su abuelo siempre, pues le tiene ganado el corazón. Si alguien dudara de que la felicidad existe, sólo tendría que darse una vuelta por el pueblo para cerciorarse de como sus gentes viven en paz, como todos disfrutan de la vida en familia y son iguales unos a otros sin distinción de rangos. Walsi es el niño más feliz de la Tierra, sus padres le están dando una educación excepcional, ya que ambos son personas muy cultas. El jefe disfruta de la compañía de sus hijos y del pequeño Walsi.

Las incursiones, no se sabe como, han cesado. De manera que es un tiempo inusualmente tranquilo para los habitantes del poblado de gers. No obstante, tanto el jefe como el resto de los hombres procuran estar preparados y en forma por lo que pueda suceder en un futuro próximo.

El arte y la artesanía florecen y se convierten en los principales medios de vida de casi todos los vecinos, junto con el comercio. El trasiego de caravanas es constante, lo que obliga a los lugareños a habilitar espacios y construir nuevos gers-posada para dar albergue a los transeúntes. Por las calles pavimentadas con piedras casi planas, adoquines o simplemente tierra, discurren carros tirados por toda clase de animales de carga e incluso por hombres, que unen su cuerpo al vehículo por medio de recias cintas de cuero apoyadas en su frente. Los carros llegan repletos de productos de uso cotidiano : frutas, verduras, legumbres, cacerolas, teteras, etc., y regresan a sus lugares de origen con objetos manufacturados con los que sus dueños hacen negocio en los mercados.

Todo parece que no puede ir mejor, cuando, un día llegan al pueblo unos mensajeros que traen malas noticias del reino del príncipe Walsian : Su padre, el rey, ha enfermado y reclama la presencia de su hijo. Walsian se lo comunica a Yá-Xué y a su suegro y al día siguiente parten el matrimonio y su pequeño para el reino. Les acompañan casi todos los guerreros que llegaron con Walsian, muchos de los cuales han contraído matrimonio con mujeres del pueblo. Algunos han optado por quedarse con sus familias. Walsian les comprende y no les obliga a partir. La despedida del jefe y su familia es tan triste que mejor no describirla.

El viaje transcurre sin incidentes de ningún tipo. Tienen que hacer paradas a diario y pernoctar en muchos pueblos, pues aunque Walsian tiene prisa por llegar y ver a sus padres, entiende que su hijo es pequeño y no aguantaría un ritmo demasiado acelerado en un viaje tan largo. Pero el niño no se ha quejado en todo el camino por nada. Es un crío tan duro físicamente como sus padres.

Al fin, una fría tarde del mes de Marzo, arriban a las puertas del palacio de los reyes. Son recibidos cálida y amorosamente por la madre de Walsian. Esta les cuenta como el rey se sintió mal hace varios meses y que el médico no creía que pudiese llegar al verano.

Entran al dormitorio del rey que, cuando les ve, se incorpora en su lecho y parece que se hubiese recuperado de golpe de todos sus males. Pero esto es sólo una ilusión. A la noche se encuentra peor. Tal vez han sido demasiadas emociones en su estado…Dejan a la reina con su nieto y ellos dos permanecen junto al rey todo el tiempo. Se turnan para asearse y tomar algo, pero en ningún momento dejan solo al rey. De vez en cuando entra la reina y atiende solícitamente a su esposo. Pasadas algunas horas animan a la reina para que se vaya a dormir a la habitación contigua. Esta se va a regañadientes , pues acostumbra a quedarse con su esposo todas las noches. Walsian la convence diciéndole que él también la necesita y no puede permitir que ella enferme. La reina abraza a su hijo y a su nuera y, obediente, se va a dormir. Poco después de que llegaran, la reina dio de  cenar y acostó al pequeño Walsi.

El rey mejoraba poco a poco de su enfermedad. Tal vez su nieto tuvo mucho  que ver en su recuperación, pues cada día le visitaba, al principio con timidez, mas, cuando tomó confianza y notó el cariño de su abuelo, entraba y se ponía a jugar con él un buen rato pidiéndole que le contara cuentos, hasta que el rey, agotado, decía :- » Que alguien se lleve este bichito ahora, que quiero dormir.»

Todos veían como el rey comía mejor y dormía apaciblemente después de estar con su nieto. Walsi se convirtió en la mejor medicina de su abuelo. El día que el rey abandonó la cama, recuperado de su enfermedad, para salir al jardín un rato, lo primero que hizo fue preguntar por su nieto y pedir que le acompañara para contarle un cuento mientras tomaban el sol.

La reina solía ir de compras a la ciudad con cierta frecuencia, lo hacía acompañada por dos de sus damas y con su nuera Yá-Xué. Ambas mujeres se habían convertido en las mejores amigas del mundo. Algunos días la reina iba con su nuera al taller de un artesano y encargaba juguetes para Walsi. Una vez le llevaron un caballito de madera: en otra ocasión tuvo que ir el artesano al palacio para montar una casita en el jardín para que el niño jugara con su abuelo el rey y los hijos de algunos nobles, pero Walsi solía ir mucho a las cocinas, pues allí tenía un buen amigo, otro niño de su edad hijo de una de las cocineras y del jardinero, que estaban casados y vivían en la parte de atrás del palacio, con el que pasaba muchas horas jugando.

Una mañana el monarca se levantó y vistió para hablar con sus ministros de los asuntos de estado. Estaba curado y su ánimo era excelente. Tanto Walsian, como su madre y su esposa se sentían muy contentos de ver al rey con tantas ganas de trabajar. Todo el mundo en palacio se alegró del hecho, pues el rey es una persona  muy querida por sus súbditos.

Pocos días más tarde los monarcas dan una fiesta. El rey dice de bienvenida al heredero y su familia, pero su familia lo que celebra es que el rey está bien tras varios meses de guardar cama.

CAPÍTULO 9º : «NACE EL PEQUEÑO WALSIAN II «

En el firmamento se comienza a percibir un tenue brillo de estrellas, El día ha sido luminoso y templado, pero al anochecer baja la temperatura de golpe, y el frío se mete en los huesos sin piedad. Una hoguera ilumina al grupo de hombres que permanecen fuera del ger, entre los que destacan dos. Uno de los cuales no puede disimular su miedo, es el jefe que espera a que su hija le de el primer nieto…¡ Le recuerda tanto esta noche a la de hace dieciocho años…! El otro, en cambio está nervioso, pero no tiene ningún temor. Este es Walsian que espera su primer hijo. Ilusionado piensa que si es niño o niña le da igual, aunque en su fuero interno ruega que si es niña se parezca a su mujer, ya que es la persona más hermosa e inteligente que conoce. El nombre lo elegirá su esposa. Él sólo desea que todo acabe rápido y poder entrar a verles y abrazarles.

A pesar de  estar en el mes de Junio, el frío arrecia cada vez con más crudeza. Algunas mujeres les traen té y algo para comer con el fin de hacerles la espera más leve, pero ellos apenas pueden dar un trago al té caliente. Yá-Xué no grita por los dolores del parto como hizo su madre y como suelen hacer casi todas las mujeres cuando  dan a luz a un bebé. Nadie diría que allí está sucediendo nada especial. Es tan fuerte y su cuerpo se encuentra tan bien preparado para este momento, que las mujeres que le atienden no se lo pueden creer. El jefe se siente amedrentado por no oír a su hija, pero en poco menos de una hora sale una mujer y les dice al abuelo y al esposo que han tenido un varón y que todo ha ido muy bien. Ambos entra en tropel al ger. No pueden aguantar más la impaciencia de ver a la madre y al niño. Yá-Xué sonríe al verles. Ella permanece echada y se encuentra perfectamente. El niño le es entregado al padre. El jefe ha visto que su hija está bien, le besa la frente y sale del ger, dejando solos a la pareja con su hijo.

Al día siguiente Walsian y Yá-Xué acuerdan consultar  al abuelo si tiene algún nombre especial para su nieto y el jefe dice, que ya que será el heredero del trono de su padre, no sería mala idea llamarle como a él. Le ponen al niño Walsian, pero el abuelo le llama sólo Walsi. Le  ve muy pequeño aún para decir el nombre completo.

CAPÍTULO 8º » Un príncipe para Yá-Xué «

Ya ha pasado casi un año desde que emprendieran viaje a París. Un día, cuando el jefe y su hija llegan al poblado tras su paseo diario, se dan cuenta de que hay una comitiva de gente extranjera esperándoles a la entrada de su ger. Descabalgan y van a su encuentro. Yá-Xué luce bellísima con su blusa de seda blanca pegada a su cuerpo sudoroso y su larga cabellera dorada al viento.

El hombre que encabeza la comitiva se adelanta y saluda al jefe. Es un joven de unos veinte años, alto, rubio, de ojos azules…Y tan hermoso…Yá-Xué nunca vio un hombre así, Ambos se miran sonrientes. Para colmo, el joven habla perfectamente el idioma de ella. Seguramente, esta sería la primera vez que el jefe se sentiría satisfecho de que alguien le pidiera permiso para conocer a su hija.

Sí, el joven le solicita al jefe que les de asilo en su pueblo a él y a su gente, pues quiere familiarizarse con sus costumbres y ser uno más si le aceptan. El joven se ha presentado como Walsian el hijo del rey de un país europeo. Walsian ha oído hablar tanto de la belleza e inteligencia de Yá-Xué  que desea conocerla. El joven, cuando ve a la hija del jefe, cree estar viviendo un sueño del que no desea despertar jamás. Él y los suyos son bien acogidos por la gente del pueblo. Walsian ha traído al jefe muchos regalos de parte de su padre el rey : joyas, pieles, etc.

El jefe invita todos los días a Walsian a su ger para que comparta su comida con él y con su hija. Walsian es un joven de carácter sencillo y noble. El jefe cada día está más encariñado con él. Walsian, que nunca había vivido con gente de esta raza, demuestra tener un amplio conocimiento de su cultura y de sus costumbres. Cada mañana participa en los entrenamientos y es un hábil guerrero, como ha demostrado en las escasas ocasiones en que ha tenido que combatir codo con codo junto al jefe defendiendo al pueblo de algunas hordas que se atrevieron a atacarles.

Cuando cada día, Yá-Xué sale a caballo, ya no va nunca sola, pues le acompañan su padre y Walsian. Para ella estos momentos serán inolvidables. De su mente han desaparecido las ideas tristes y su lugar lo llenan las risas de sus dos hombres favoritos…Y un millón de sueños maravillosos. Tal vez sea porque es primavera…, pero ella no recuerda haber visto el valle tan precioso y con tantas flores en su vida, ni amaneceres tan luminosos y bellos como estos que contempla cada día con Walsian.

Desde que el jefe observara, hace ya tres meses, la primera vez que su hija y el príncipe se vieron, como se miraban los dos jóvenes, comprendió que ambos estaban hechos el uno para el otro, pero no quiere inmiscuirse y deja pasar el tiempo hasta que ellos decidan comunicárselo. Fue después del entrenamiento, cuando, un día, por fin, Walsian le dijo que amaba a su hija. El jefe le preguntó qué pensaba ella de este asunto y el joven le respondió que ella no quiso contestar si le amaba o no cuando le preguntó el día anterior. Sólo le dijo que se lo comunicara a su padre y que ella estaría de acuerdo con lo que decidieran. El jefe se fue hacia su hija y la abrazó. Su hija cada día le hacía sentirse más orgulloso. Le preguntó a ella qué pensaba, que si amaba al joven…Y ella le respondió que sí. Durante la comida, los tres hablaron de cuando se celebrarían los esponsales, pues sería el jefe quien les declararía unidos en matrimonio, como era costumbre en su pueblo. Walsian quería que sus padres asistieran ese día tan importante a su boda. Él amaba a su familia y no los habría dejado a un lado sin comunicarles un hecho de tanta trascendencia. Walsian envió a varios hombres a su país con tan gozoso mensaje para su familia.

En el poblado comenzaron los preparativos de la boda. Tres semanas más tarde regresaban los mensajeros anunciando que los reyes, varios familiares y gente de la corte del país de Walsian se encontraban ya de camino al poblado.

A los cinco días aparecieron los invitados de Walsian. El jefe no esperaba a tantas personas, así que ordenó que se levantaran varios gers , pues habría que darles cobijo a todos ellos. Los padres de Walsian resultan ser personas encantadoras que no tardan en hacerse amigos del padre de Yá-Xué.

Durante todo este tiempo no han dejado de llegar príncipes y princesas con infinidad de regalos para los novios. El poblado se viste de gala para este día tan señalado en que se celebrará la boda de su princesa. El jefe no quiere que su hija olvide jamás el día de su boda. ¡Dios, cuanto quiere a esta niña! Daría mil vidas por ella.

Los padres de Walsian traen malas noticias, pues el príncipe deberá regresar a su pueblo cuando tenga que subir al trono…Pero, como ellos mismos dicen, esperan que pasen muchos años antes de que su hijo se vea obligado a volver. Esto querría decir que el rey disfrutaba de buena salud.

Se celebra la boda en el mes de Agosto. Yá-Xué y Walsian forman una pareja perfecta y este día lucen bellísimos los dos. El jefe los une en matrimonio mientras realiza grandes esfuerzos por no permitir que la emoción lo venza, pero lo cierto es que no ha querido delegar en alguno de sus generales esta misión. Quiere estar lo más cerca posible de su amada hija cuando la entregue al hombre que cuidará de ella de ahora en adelante.

La fiesta se prolonga durante varios días. No creo que haya habido nunca un pueblo tan feliz en toda la Historia de la humanidad.

 

CAPÍTULO 7 » UN DÍA ACIAGO PARA YÁ-XUÉ «

El jefe es feliz en París. Disfruta cuidando él mismo del jardín y por las tardes paseando con su hija por tan bella ciudad. Está tranquilo respecto a su pueblo, ya que en su lugar ,como jefe suplente, quedó el hijo mayor de su hermana, un hombre sabio, prudente y fiel.

Ver a su hija tan feliz y tan bien aceptada por la exigente sociedad parisina le conforta y satisface en gran manera, a la vez que se hincha su orgullo de padre cuando elogian las cualidades de su hija, pues resulta difícil comprender como una muchacha criada en la lejana y rústica estepa sea tan culta, refinada y elegante. El jefe muchas veces responde : » Tendrían ustedes que verla pelear como un hombre, montar a caballo o bañarse en el río rompiendo la superficie helada con las manos». Cuando escuchaban esto las damas se quedaban con la boca abierta y los caballeros admiraban aún más a Yá-Xué . Aunque él no suele frecuentar las fiestas, Yá-Xué si que lo hace , siempre acompañada de su nodriza y, en ocasiones, de Hamal. No obstante el jefe sabe que tiene que regresar a su pueblo y un día se lo comunica a su hija. Yá-Xué no quiere marcharse de París, ¡es tan feliz  aquí ! Esta misma tarde asiste con Hamal a una fiesta en casa de su amiga, la baronesa Astrid de Holanda que lleva viviendo en París cinco años, desde que se casó, y celebra el segundo cumpleaños de  su hijo en su mansión cerca del río.  Cuando llegan Yá-Xué y Hamal a la fiesta, Astrid les presenta a su hermana pequeña Helena y Hamal queda prendado de la belleza y simpatía de la joven, de forma que no la deja ni un momento sola. Yá-Xué al ver lo entusiasmado que está su amigo con Helena, se siente fatal y ya no desea permanecer ni un día más en París.

A su regreso a casa, Yá-Xué le dice a su padre que ella también desea volver a casa . En cuatro días ella, la nodriza y su padre toman el tren. Hamal se queda en París para continuar sus estudios, dice él. El jefe y su hija viajan de regreso a su pueblo.

Para el jefe su hija es un libro abierto. Él sabe que su hija lo está pasando muy mal e imagina por qué, pero prefiere no preguntarle nada, se limita a intentar distraerla y cuando ve que ha llorado, porque tiene los ojos enrojecidos, le abraza y le dice que espere, que ella es muy joven y él está seguro de que tiene un destino maravilloso esperándole.

Los días transcurren tristes y larguísimos para la joven. Ella cree que su corazón está muy lejos y que la vida sin su pastor es tremendamente difícil . Durante algún tiempo rechaza casi todo lo que su nodriza pone en la mesa…Y comienza a perder el buen humor y las energías. El jefe ha convertido en rutina pasear con su hija a caballo cada mañana por el río. Poco a poco y haciendo acopio de gran paciencia, consigue que ella vuelva a sonreir y a recobrar las ganas de vivir. Yá-Xué se da cuenta de que su padre es su mejor amigo

 

 

CAPÍTULO 6º » EL VIAJE «

Es Julio en la estepa. Los rios bajan con más caudal que nunca debido al deshielo de las cumbres de los montes. La nieve al derretirse deja ver parte de la superficie rocosa, aunque jamás desaparece del todo el manto blanco, ya que en esa zona las nieves son perpetuas.

El jefe le dice a su hija que en dos días comenzarán su viaje. Viajarán en un coche tirado por caballos hasta Turquía, donde subirán a un tren que les llevará hasta París. Le advierte a su hija de lo largo del viaje. Yá-Xué está encantada. Sueña con el día de la partida, y se imagina las ciudades por las que tendrán que pasar y las gentes a las que conocerán por el camino. Les acompañarán Hamal , la nodriza y cuatro hombres a caballo, además, claro está, del cochero.

El día de la partida se despiertan, como siempre, muy temprano, sólo que hoy no habrá entrenamiento. Se visten.  Yá-Xué cambia su indumentaria por otra nueva que le han traído y que concuerda más con los usos de los pueblos que visitarán. A continuación desayunan, suben al coche y se ponen en marcha hacia esas remotas ciudades que Yá-Xué imagina lugares fantásticos, productos de su sueños. Parea ella este es el comienzo de una aventura extraordinaria. Cada día comen en un pueblo y pernoctan en otro. Al principio del viaje hay poca diferencia de un lugar a otro. Es cuando descienden de latitud, cuando el clima empieza a ser más cálido y Yá-Xué observa los bosques , que nada tienen que ver con su tierra natal, tan desarbolada, en la que no sólo no hay árboles, tampoco hay jardines. Cuando pasea por algún parque cree que está soñando. Cada etapa las ciudades están más pobladas y sus gentes son más amistosas. Ella disfruta paseando por esas calles, que al principio le parecen extrañas, pues nunca había visto edificios de varios pisos, pero cada día le gustan más. Le encanta ir a los mercados y hablar con la gente, a pesar de que a veces, ni siquiera les entiende.

En Constantinopla Hamal les lleva a ver la gran basílica de santa Sofía. Nada más entrar y ver la cúpula, la muchacha se siente algo mareada y se ven obligados a salir de allí. El jefe se asusta, pues piensa que su hija ha enfermado y se empeña en buscar un médico, pero a los pocos minutos, la joven se siente perfectamente. Al día siguiente emprenden viaje a París. Durante el trayecto, la joven no deja de comentar la impresión que le ha causado ver el mar, los barcos, los edificios, el mercado de la capital de Turquía…Y sobre todo la gran  basílica.

Tras varios días más de viaje, arriban a París. Es entrada la tarde. Se dejan guiar por Hamal y van a parar a una pensión en el centro de la ciudad que está bastante bien. La dueña de la pensión es una mujer joven y agradable que les atiende con cordialidad y les prepara una deliciosa cena. Se acuestan a dormir, ya que están cansados del largo viaje. A la mañana siguiente, cuando despiertan, bastante más tarde que de costumbre, la anfitriona les tiene preparado un desayuno que ellos ni se esperan : café con pastas y bollos. Es la primera vez en su vida que el jefe, su hija y la nodriza desayunan algo así…, y les encanta. El jefe piensa que ha sido todo un acierto contratar a Hamal para que les acompañe ¿Qué harían sin él en una ciudad tan grande ?

Después del desayuno salen a explorar París. La ciudad supera con creces cualquier idea que se hubiesen hecho de ella. Hace bastante calor y deciden alquilar una barquita y navegar por el río Sena. Admiran, al pasar por debajo, los puentes de París. Cuando el Sol comienza a ocultarse, abandonan su aventura fluvial. Las tiendas de ropa, mientras caminan, atraen la atención de Yá-Xué.

El jefe entra con su hija en una de estas tiendas y espera a que ella se pruebe toda la ropa que le guste. Adquiere para la joven varios preciosos vestidos y sombreros a juego y la muchacha cambia su calzado por otro acorde con su nueva indumentaria. Cuando salen de la tienda parece una auténtica parisina. A la noche Hamal les invita a ver un espectáculo de variedades tan típico de París. La belleza de Yá-Xué es tanta, que no pasa inadvertida. Pronto en los círculos más selectos de la capital francesa, se comenta la aparición del mongol y su  bellísima hija en la ciudad del Sena.

El jefe le dice a la mujer que no admita a ningún huesped en la pensión mientras ellos permanezcan allí y le paga lo que ella le pide. Al día siguiente le manda a Hamal que les busque una casa en la ciudad. El joven encuentra una hermosa mansión con jardín. Contratan un mayordomo, una cocinera y una mujer  para que se encargue de la limpieza y se mudan a vivir allí. El jefe organiza una fiesta para presentar a su hija a la sociedad parisina. Yá-Xué se adapta pronto al nuevo estilo de vida, pero no sucede lo mismo con su padre que añora su pueblo y sus costumbres, más se propone aguantar algún tiempo por su hija. Hamal, en cambio, se siente en su ambiente, incluso se ha matriculado en una escuela de Arte y pasa largas horas pintando con sus amigos artistas.

Todos los días el jefe sale a pasear con su hija y la nodriza por las calles de París. En ocasiones se detienen a ver a los pintores. Hamal pinta, sobre todo, retratos de bellas parisinas o madres con sus hijos. Es muy buen pintor y el jefe se alegra de haberlo traído a esta ciudad. Reconoce que no todos los hombres tienen que ser guerreros, algunos sirven mejor para otras cosas. Una tarde el jefe sorprende a su hija posando en el jardín entre las flores para Hamal. Es una escena preciosa y al jefe le recuerda el día que conoció a su mujer, pues su hija es el vivo retrato de aquella. Se emociona y vuelve a entrar en la casa sin dejarse ver por los jóvenes.

 

 

 

 

Capítulo 5º LA EDUCACIÓN DE YÁ-XUÉ

Yá-Xué pasa mucho tiempo con su nodriza a la que ella llama matriuska. Esta le enseña todo lo que sabe, pero llega un momento en que la niña pregunta cosas a las que ella no sabe qué responder. Así que habla con el jefe y le sugiere que le ponga a su hija un profesor, pues la niña es demasiado inteligente, y dada su condición de princesa, sería muy apropiado que estudiara otras lenguas y otras culturas. El padre, que sólo vive para hacer feliz a su hija, hace venir un hombre muy letrado de las lejanas tierras de Occidente para que enseñe a su hija. En pocos meses, Yá-Xué domina el idioma de Germania y es una alumna avanzada de latín. Su profesor le da libros para que lea y conozca la Historia de otros lugares. Pasados dos años, cuando Yá-Xué cumple diecisiete, le revela a su padre sus deseos de viajar y ver todos esos pueblos que los libros describen y que a ella le fascinan. El padre le promete que cuando pase algún tiempo y él vea que está preparada para viajar, la llevará a ver sitios como París o Londres. Le explica a su hija que son lugares lejanos y el viaje es largo y peligroso, pero que irán igualmente para que ella satisfazga  su deseo de ver ciudades bonitas y diferentes a su pueblo.

Cuando Yá-Xué ve a Hamal no puede evitar contarle loo que ha hablado con su padre y que este le ha prometido llevarla a Londres y París. Hamal sonrie y le dice que él estudió en Londres cuatro años y le pareció una ciudad triste, pero le gustó estudiar allí. En cambio fue muy distinto en París, donde pasó dos maravillosos años estudiando Arte, que es lo que él quería, pero se vio obligado a regresar a casa de sus padres, porque su madre estaba muy enferma. Él también quiere ir a París de nuevo, pero está esperando a que su madre esté bien del todo para partir. Yá-Xué pregunta :

-¿Que idioma hablan en París ?

-El francés -responde Hamal.

-¿ Me puedes enseñar a hablar francés ?- pregunta ella

-Claro que sí. Mañana ven provista de papel y lápiz y empezamos las clases.

Hamal siente una gran ternura por esta chiquilla y no se le puede pasar por la cabeza que ella llegue a sentir algo por él que no sea amistad. Él tiene veintisiete años y ha visto mundo, por eso paraél siempre será como una hermana pequeña,piensa.

Pasadas unas semanas, el padre le pregunta a su hija durante la cena :

-¿ Como está Hamal ?

-Bien-responde ella,disimulando la sorpresa que le causa la pregunta. No imaginaba que su padre ya se hubiera enterado de que se veían.

-Me han dicho que te está dando clases…

-Si-dice ella-Me está enseñando el idioma francés para cuando me lleves a París sepa desenvolverme con soltura.

-Yo conocí al padre de ese muchacho-dice el jefe-Éramos muy amigos, pero cuando él se casó se fue a casa de sus suegros con su esposa. No me disgusta que seáis amigos , pero creo que deberías habérmelo dicho hace algún tiempo.

-Perdóname amado padre, pero pensé que tal vez te disgustaría y me prohibirías verle.

-Si yo te prohibiera ver a alguien, sería por tu bien. Yo siempre sé lo que haces y con quién vas. No olvides que soy el jefe de este pueblo. Mañana, cuando veas a Hamal, dile que me gustaría que él fuera nuestro intérprete y guía en París, que venga y hablaremos del tema. No temas Dusinka, yo le respeto, pues conozco a su padre y me consta que son buena gente.

Al día siguiente el padre le dice a Yá-Xué que le acompañará en su paseo para hablar personalmente con Hamal. Montan y salen al encuentro del joven. Cuando le ven, el jefe se dirige a él y hablan amigablemente. Quedan en que el joven les acompañará en su viaje como empleado del jefe. Mientras almuerzan sentados en las rocas, vuelve a sonar el gong y el jefe se compromete a enviar exploradores para que encuentren el origen del sonido.

Capítulo 4º «EL JEFE CONOCE A HAMAL»

Amanece el nuevo día. Tras el desayuno, Yá-Xué acude a su entrenamiento diario. Hoy se ha propuesto hacerlo mejor que nunca. Quiere tener contento a su padre. A continuación se dirige a las cuadras a por Yong-Kanc. A sus espaldas alguien dice :

-¿ A donde vas Dusinka ?

Es su padre. Dusinka, en el idioma de su fallecida esposa, significa «alma mía». Él llamaba así a su mujer y ahora a Yá-Xué, pues el nombre de su hija que significa «niña de las nieves» fue idea de su madre, pero él prefiere- por motivos sentimentales que nunca revelaría a nadie- llamarla Dusinka.

-Voy a pasear con Yong-Kan. padre- dice Yá-Xué.

-Hoy te acompañaré en tu paseo-dice el padre.

Yá-Xué sonríe a su padre. Se siente algo contrariada, pero la compañía de su padre siempre es grata para ella. Ambos montan sus caballos y salen de las cuadras contentos. El padre lleva algo de comida en sus alforjas. Al principio van al trote, pero, pasados unos minutos se lanzan a galopar en una especie de carrera entre padre e hija. Se acercan al rio y descabalgan. Se sientan en las rocas y el padre le ofrece una torta de arroz. Ambos comen con apetito las deliciosas tortas cocinadas por la nodriza.

Es primavera y en la estepa el clima se ha suavizado bastante. El valle se ha cubierto de flores. El rio baja caudaloso debido al deshielo, formando saltos y cascadas a su paso que enriquecen el paisaje y son un regalo para los sentidos. La temperatura es muy agradable. El aire fresco y limpio de la estepa hacen llevadero el calor del Sol. El padre y la hija están disfrutando de su paseo. Permanecen sentados cerca del lugar en que Yá-Xué y Hamal se vieron el día anterior. De pronto suena un gong y ambos se sobresaltan por la proximidad del sonido. El padre se incorpora y mira a todos lados, pero no divisa ningún monasterio varias millas a la redonda. Se vuelve a sentar y le dice a su hija que ese efecto sonoro debe ser cosa de los montes.

En las cercanías ven a un pastor que apacienta un rebaño de ovejas, pero que permanece indiferente, como si no se hubiese dado cuenta de que ellos están allí. El padre de Yá-Xué se le acerca y le pregunta si sabe de que lugar proviene el sonido del gong. El joven dice no tener ni idea. El jefe le invita a compartir el almuerzo con él y su hija. El joven se sienta con ellos y acepta una de las tortas de arroz y un trago de sorgo. A continuación, el joven pastor saca de su zurrón un queso de oveja y se lo da a probar al jefe y a la muchacha. El jefe queda encantado con el trato de Hamal y le invita a su poblado para que los visite cuando quiera. Yá-Xué piensa que su padre ignora que Hamal y ella se conocen. El joven  ni la ha mirado mientras habla con su padre…, y ella piensa que no le interesa para nada.

Ya en el ger, su padre toma asiento junto a ella mientras las mujeres les sirven la comida. Hablan de mil cosas, pero ni una sola mención a su encuentro con Hamal. El padre parece muy contento, incluso le gasta bromas a su hija durante la comida.

Nada ha cambiado en la vida de Yá-Xué. Todos los días, después del entrenamiento va al rio a bañarse con la nodriza y alguna joven del poblado. Más tarde lleva a su caballo a pasear junto al rio. El jefe está enterado de sus paseos, pero disimula…En el fondo el jefe es un romántico. De sobra sabe quién  es Hamal. Sabe que es hijo de un pariente lejano que abandonó el campamento hace muchos años para irse a vivir a casa de los padres de su mujer, no muy lejos de allí. El padre de Yá-Xué recuerda con afecto al padre de Hamal de cuando, siendo niños, jugaban juntos y eran buenos amigos. Por otro lado, él siempre sabe donde y con quién anda su hija, pero no le dice nada. Le resulta gracioso que la niña crea que nadie la vigila y actúe con libertad. Él confía plenamente en su hija.

 

CAPÍTULO 3º «EL GONG MISTERIOSO

Como todos los días, Yá-Xué se despierta antes de que salga el sol, se viste, se calza, toma el vaso de leche de búfala que le da su nodriza y sale a ver el grandioso espectáculo de la salida del Sol por el Horizonte. A continuación, con cierta parsimonia, se dirige al campo de entrenamiento, donde hace rato la espera su padre.

Hoy se ha propuesto ir al rio después de entrenar, pero esta vez lo hará con Yong-Kanc, su caballo, pues le apetece explorar un poco. Irá sola, aunque sabe que a su padre no le gustaría ( siempre que va caminando le acompañan su nodriza y alguna joven del poblado )Seguramente su padre se disgustará y le reñirá a su regreso. No obstante, a pesar del temor que le inspira ver a su padre airado, ella monta y se aleja del poblado de gers. Cabalga rio abajo sin pensar ni por un momento que pueda correr peligro. Sabe que siguiendo la dirección del cauce del rio no se perderá. Cuando siente sed descabalga y beben agua ella y su caballo. En una de estas ocasiones en que se encuentra inclinada bebiendo en el rio, algo le sobresalta y hace que se atragante y comience a toser…Un estruendo, un ruido al que está acostumbrada, pero no tan cerca : un gong. Se incorpora tosiendo y al girar la cabeza se da cuenta de que está siendo observada por un joven de largos y oscuros cabellos vestido con una túnica blanca.

– No te asustes -dice el muchacho- Yo suelo bañarme en esta parte del rio y no esperaba encontrarte aquí.

-No me has asustado -dice Yá-Xué – Ha sido el gong…

-Es la primera vez que yo lo oigo -dice el muchacho – Debe de ser nuevo. Quizás algún monasterio que lleva poco tiempo por aquí cerca ¿ Quién eres tú que tienes un caballo tan hermoso ?

-Soy Yá-Xué, ¿ y tú ?

-Yo me llamo Hamal y soy pastor.

-¿Donde has dejado tu rebaño ?-pregunta ella.

-¿No lo ves ? -dice el joven señalando con la cabeza un rebaño de unas cuarenta ovejas.

-¿No se van si las dejas solas? -pregunta la chica.

-No están solas, mi perro cuida de ellas -dice Hamal.

Yá-Xué busca una roca lisa y se sienta sin soltar las riendas de su caballo. Hamal se sienta frente a ellos sobre la hierba. Conversan un rato. Ambos renuncian a su baño, tal vez por pudor. No quedan en volver a verse. Yá-Xué sabe que si su padre se entera de hasta donde se ha aventurado, no la dejará volver. Se despiden sin más.

Durante el resto del día, la joven sólo hace recordar cada palabra, cada gesto de Hamal. No entiende como está tan obsesionada con un simple pastor. Desea con toda su alma que llegue el día siguiente para volver al rio.

Capítulo 2º :YÁ-XUÉ ADOLESCENTE

Yá-Xué crece feliz entre las niñas de su pueblo . Su nodriza es como la madre que nunca conoció. La nodriza es una mujer bastante culta, ya que proviene de una familia de comerciantes chinos. Ella enseñó a Yá-Xué a leer, escribir, a tener un ágil manejo del ábaco, e incluso algo de astronomía y el uso de las plantas medicinales.

Físicamente Yá-Xué no se parece en nada a las demás niñas. Su cabello es rubio, sus ojos azules, su piel muy blanca y su constitución delicada en apariencia, pero sólo en apariencia, por que a partir de los seis años su padre comenzó a educarla como al hijo que nunca tuvo, enseñándole las artes marciales y ejercitándola con dureza. Su padre detesta la idea de que su hija se sienta indefensa ante nadie o ante nada.

Yá-Xué camina todos los días más de dos kilómetros para bañarse en un gélido rio de la estepa. Viste como un hombre, pero con ropas más suaves y delicadas. Por ejemplo : Sus camisas de seda las hace traer su padre del mismo Pekin; su calzado ( unos borceguíes con tiras de piel que se entrecruzan a lo largo de sus esbeltas piernas, rodeándolas hasta las rodillas ) lo hace traer cada año de Occidente.

A pesar de que su padre la trata con la severidad con que trataría a un varón,riñéndole y corrigiéndole siempre, Yá-Xué lo quiere y lo admira. Jamás le regaló un juguete, pero en cambio, cada noche antes de dormir le cuenta las historias más emocionantes que ella ha escuchado en su vida. No le regaló juguetes , es cierto, pero cuando Yá-Xué cumplió diez años, le trajo un hermoso corcel blanco enjaezado como para una reina. Ese día ella no lo olvidará jamás. Recordó el nombre que su padre había pensado ponerle de haber sido un chico : Yong-Kanc, y así llamó a su caballo. Al principio los pies no le llegaban a los estribos , pero no tardó en montar con soltura. Aunque Yá-Xué ama caminar, nadar, escalar montañas y estudiar la fauna y la flora del lugar, siempre tiene tiempo para dedicarlo a su caballo y dar largos paseos con él por la estepa.

La fama de la extraordinaria belleza de Yá-Xué  se extendió por todo Oriente. Muchos príncipes pretendían que fuese su mujer, pero su padre los despedía siempre con la escusa de que al ser su única hija, la necesitaba. En parte era cierto, ya que no podía imaginar su vida sin su hija; en parte era una razón falsísima, ya que no le faltaban mujeres que le sirvieran en todo momento. Sencillamente la veía joven para desposarla y demasiado valiosa para entregársela a ninguno de los que hasta ahora aspiraban a ser su yerno.

CAPÍTULO 1:» Yá-Xué la niña de las nieves»

Muy al Oeste de Asia, no demasiado lejos de China, en la estepa, cerca de la cordillera de Karakorum ,se ha instalado un campamento. Cientos de gers son ocupados por los más terribles guerreros del Oriente. En el ger del jefe, esta noche de luna llena, la actividad no es nada habitual. Varias mujeres atienden a la joven esposa que está dando a luz a su primer hijo. A pesar de la gelidez del clima en estas latitudes en pleno mes de Enero, el jefe permanece fuera del ger acompañado por sus gentes alrededor de una hoguera. Él no quiere estar lejos de su amada, incluso rehúsa refugiarse. Pasan los minutos y las horas…La oye gritar y piensa :»¡Pobre amada mía!»

La Luna ilumina las cumbres nevadas a lo lejos,mientras él sueña con el momento en que tenga a su hijo en brazos…¡Que orgulloso se siente !Mientras sus ojos se concentran extasiados en el chisporroteo del fuego, piensa en el nombre que le dará…Debe ser el de algún valiente guerrero…,o tal vez le ponga Yong-Kanc , que significa «valiente» en su idioma. Le parece que han pasado siglos, aunque, en realidad, sólo han sido dos horas, cuando una de las mujeres se asoma y le da la noticia : «Ha sido una niña «. El jefe se siente algo decepcionado, pero entra y le ponen en sus brazos aquel pequeño envoltorio del que asoma una cabecita que lo mira con sus ojitos azules . Siente que se ablanda por dentro y la aprieta con suma delicadeza contra su pecho, mientras realiza un esfuerzo titánico para no permitir que una lágrima se escape de sus ojos. En ese momento cambió totalmente su forma de pensar : ¡ No habría cambiado aquella niña ni por los mejores varones del mundo ! Se acerca a su mujer, le acaricia la frente, se inclina, la besa en los labios y le dice : » Gracias Dusinka «.

La esposa  es una mujer muy bella a la que conoció en una de sus expediciones más allá de los montes. Recuerda como quedó extasiado la primera vez que la vio. Nunca antes encontró a nadie que tuviese un cabello tan dorado, unos ojos tan azules ni una tez tan blanca. Le impactó tanto que llegó a pensar que estaba delante de un ser sobrenatural…,una diosa…

Ahora , su amada diosa le parece aún más hermosa, pero algo de lo que observa no le gusta en absoluto : Las negras ojeras de su amada, su mirada apagándose por momentos, esas trémulas manos que buscan las suyas con el ansia de un náufrago…Se echa a su lado poniendo a la niña entre los dos, acaricia el rostro y el cabello de su mujer, mientras los ojos de ella se van cerrando lentamente y una  última sonrisa se dibuja en su precioso rostro…Ella no quiere que él la recuerde triste.

Él, acostumbrado como está a ver la muerte, se levanta del lecho, hace salir del ger a las mujeres que aún permanecen dentro, y cuando se queda solo con su esposa y su bebé, el temible guerrero, se arrodilla junto a ellas y rompe a llorar como un niño. Tras un rato de estar derramando las lágrimas más amargas de su vida, se enjuga el rostro con el agua de una palangana y recobrando la compostura, sale fuera para buscar una mujer que le ayude a cuidar de su hija, una nodriza.

A pesar del fuerte viento y de la baja temperatura, tanto sus compañeros como las mujeres permanecen fuera alrededor de una gran hoguera. Cuando le ven aparecer le rodean solícitos y expectantes . Nadie puede imaginar ,viendo su serena expresión, la dolorosa  y secreta escena que este hombre acaba de protagonizar , transido de dolor, junto a su mujer y su hija.

Miró a todos y habló si afectación alguna :

– Mañana enterraremos a mi esposa. Quiero una buena nodriza para mi hija.

Entra de nuevo y sale con la pequeña en los brazos. La alza para que todos la vean y dice:

-A partir de ahora, esta niña es el tesoro más importante de la Tierra. Su nombre es Yá-Xué.

Una de las mujeres se le acerca y le dice :

-Señor , hace dos semanas tuve dos niños, que nacieron tan pequeños que sólo sobrevivieron cuatro días. ¿Te parece bien que sea yo quien críe a la princesa Yá-Xué ?

El jefe la mira y dice :

-Aliméntate bien mujer. No quiero que le falte nada. Pídeme lo que necesites para ti y para mi hija.

A continuación le entrega la niña a la mujer y él se queda con todos junto a la hoguera velando. De vez en cuando las mujeres sirven té y dulces para ayudarles a pasar la noche.

Este triste episodio en la vida del padre de Yá-Xué , se irá difuminando con el tiempo, hasta el punto de que en su mente los dulces momentos de maravillosa convivencia con el gran amor de su vida son los únicos que perviven y le animan a seguir adelante y cuidar de que su hija tenga una infancia feliz.